Cuando pienso en Osvaldo Mercuri, mi amigo de la infancia, mi hermano de la vida y de militancia, miles de frases y sentimientos se me cruzan por la mente.
Lo puedo transmitir con la palabra, por horas, pero me es
casi imposible si lo tengo que escribir, por lo que trataré de hacerlo lo mejor
posible.
Es público y notorio que "a lo largo de su vida, cumplió
una destacada y extensa actividad política: fue legislador de la provincia de
Buenos Aires durante 20 años, presidió el cuerpo legislativo por tres períodos,
fue convencional constituyente en el año 1994.
Además, como fiel militante de la integración regional, fue
pionero fundador de la Unión de parlamentarios del Mercosur, donde asumió como
parlamentario en el año 2015, ejerciendo dicha representación hasta su
despedida.
Siempre tuvo como objetivo ayudar y defender a los que menos
tenían, aquellos que vuelven del supermercado con lágrimas en los ojos. Cabal
nieto de su abuelo socialista.
Los viejos recordamos su paso por la Municipalidad de Lomas
de Zamora donde combatió, exitosamente, la desnutrición infantil y modernizó la
salud pública.
No hay que dejar de recordar su activa actuación en las
expropiaciones de las tierras de Ingeniero Budge a favor de sus ocupantes,
víctimas de las brutales e inconsultos desalojos de la Capital Federal por
parte del gobierno militar de Ongania.
Nunca dejó de dar una mano a propios, extraños y opositores.
En esa actitud ante la vida promovió y colocó en la agenda de
la sociedad argentina la cuestión de la ecología y cumplió con su postulación
de la necesidad de la ecología de tener un protagonista.
A partir de su proyecto, posteriormente aprobado por la
legislatura provincial, se dictó “El Pacto Ecológico Bonaerense” un ejemplo a
nivel mundial. Que sigue siendo un elemento esencial en el área.
Para cerrar creo que puedo definirlo, como él quería que se
lo recordara,
-ERA UN GRAN TIPO-.
Ricardo Eusebio Rodriguez / 2025